No es fácil elegir qué ver en Oporto, con una oferta tan fabulosa de miradores secretos.
Oporto es más que una ciudad de bellas fachadas y vinos famosos: es un lugar lleno de rincones ocultos, tradiciones locales y ritmos únicos. Para vivir Oporto como un auténtico lugareño, hay que ir más allá de la ruta turística.
Empiece el día con un pastel de nata y un bica (espresso portugués) en una pequeña cafetería de barrio. Sáltese las grandes cadenas y busque una panadería local donde los clientes habituales saluden al personal por su nombre. Pasee por el Mercado do Bolhão, donde los productos frescos, las flores y el marisco ofrecen un auténtico sabor a la vida de la ciudad.
Dé un paseo por la Ribeira, pero en lugar de limitarse a hacer fotos, deténgase a escuchar a los músicos callejeros o charle con los artesanos que venden productos hechos a mano. Cruza a pie el puente Dom Luís I hasta Vila Nova de Gaia y prueba el vino de Oporto en una bodega menos conocida.
Por la noche, acuda a una noche de fado o música en directo en un acogedor bar local. No olvide montar en tranvía o explorar las estrechas callejuelas de Miragaia y Foz, donde el río se encuentra con el mar.
Vivir como un lugareño en Oporto es ir más despacio, disfrutar de los pequeños momentos y descubrir el auténtico corazón de la ciudad.